Zo steun je een kersverse moeder écht (ook na de kraamvisite)

Así es como realmente se apoya a una nueva mamá (incluso después de la visita de maternidad)

Mirthe Grooten

El posparto suele estar repleto de visitas y cálidas felicitaciones. Pero una vez que la enfermera de maternidad se marcha y las visitas disminuyen, comienza la verdadera vida con un recién nacido. Ese es el cuarto trimestre: un período intenso en el que la madre se recupera, conoce a su bebé e intenta encontrar su lugar como madre. Y es precisamente entonces cuando suele necesitar más apoyo.

Por qué el apoyo es esencial en esta fase

El cuerpo de una madre primeriza aún se está recuperando: del parto, los puntos, la pérdida de sangre y las noches sin dormir. Sus hormonas están alborotadas, sus emociones descontroladas y se está adaptando a un nuevo rol vital. Si a eso le sumamos la falta de sueño, la incertidumbre y, a veces, la soledad, comprenderemos que este no es el momento de "dejarla sola", sino de estar realmente ahí para ella.

Así es como realmente marcas la diferencia (y no sólo con regalos)

Sé proactivo. No preguntes si puedes ayudar, sino qué puedes hacer. Sugiere cosas concretas como:

"¿Te traigo una olla de sopa recién hecha el miércoles por la noche?"

o:

“¿Debería lavar la ropa o pasear al perro?”

Las madres primerizas a menudo no tienen energía para pensar en nada por sí mismas ni para coordinar ayuda. Si les quitas esa responsabilidad, se sentirán aliviadas.

Por cierto, una comida nutritiva es uno de los mejores regalos que puedes dar. Pregunta sobre sus preferencias o alergias y lleva algo fácil de calentar, sin que tenga que invitarte de inmediato.

Incluso las cosas pequeñas de la casa pueden parecer grandes: lavar los platos, pasar la aspiradora, una limpieza rápida del baño. O bien, ofrécete a cuidar al bebé mientras se ducha, duerme o simplemente descansa diez minutos.

Escucha de verdad (y no juzgues) 

A veces, una madre solo quiere compartir su historia. Sobre su parto. El caos. Las emociones. Escúchala sin obsesionarte. Dile cosas como: "Eso suena difícil" o "Lo estás haciendo muy bien". A menudo, eso es justo lo que necesita. Y si hay pareja, también está bien.

Especialmente cuando se tiene el primer hijo, el impacto inicial de noches sin dormir y días sin energía es una fase intensa.

No preguntes sólo por el bebé, pregunta por ella 

Una de las preguntas más bonitas que puedes hacerle es: "¿Cómo estás?" . No con el bebé. No con la lactancia. Sino con ella. Hazle saber que es bienvenida, no solo como madre, sino como persona.

Dar espacio y amor 

Respeta su energía y privacidad. Que las visitas sean breves, pregunta si te conviene y no te ofendas si cancela a última hora. No te está diciendo que no, sino que sí a su recuperación.

Y por último: consiéntela. Ponle una taza de té a su lado. Déjale una tarjeta o flores. O envíale un vale de regalo para un masaje cuando se sienta lista.

El cuarto trimestre es crudo, hermoso y abrumador. Al estar ahí para ella, sin expectativas, pero con toda tu atención, le das a una nueva madre justo lo que más necesita ahora mismo: apoyo, cariño y la sensación de que no tiene que hacerlo sola. Con mucho cariño, Mi Santuario.

 

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